El Valle de Guadalupe, famoso por sus viñedos y su exquisita gastronomía, se vistió de gala para celebrar la tercera edición de la Carrera de Mulas. Este evento no solo busca rescatar y reafirmar las tradiciones de la región, sino que también honra la invaluable labor que desempeñan las mulas en la ganadería local, convirtiéndose en un símbolo de identidad y comunidad para los rancheros del área.
Este año, por tercer año consecutivo, se realizó la Carrera de Mulas y la primera Feria Agropecuaria con el apoyo de los gobiernos estatal y federal en el Rancho Olivares. Salomón Lagos Piñeiro, representante del rancho Sierra Blanca, destacó la importancia de las mulas en el trabajo del campo, considerándolas un pilar fundamental. “Las carreras de mulas se hacían desde épocas ancestrales; esto es algo que se ha perdido en el estado, y esta es una manera de impulsarlo en la región”.
La competencia de este año atrajo a un mayor número de participantes, reflejando el crecimiento y consolidación de esta tradición. Los ganadores de la carrera fueron: primer lugar, la mula Alejandra 20 Trancos del Rancho Agua Hechicera; segundo lugar, Mazapán de Rancho Viejo; y tercer lugar, Baturro de Rancho La Esperanza. Rancheros y sus familias se reunieron con entusiasmo para animar a sus mulas, disfrutando de un día lleno de emoción y camaradería. Además, durante la carrera se llevó a cabo una feria agropecuaria con la participación de 15 expositores de ganado, caballos y ovinos, enriqueciendo aún más esta celebración.
En esta ocasión, se exhibió ganado de registro productor de carne y los asistentes disfrutaron de una emocionante carrera de mulas que involucró a varios ranchos del estado, todos dedicados a la producción de carne de alta calidad.
La ganadería en Baja California se ha construido sobre la cooperación y camaradería entre los vaqueros. Las carreras de mulas surgieron como una forma de celebrar estas tradiciones y fortalecer los lazos entre las distintas rancherías. Según los organizadores, estas competiciones no solo resaltan la habilidad de los animales, sino que también fomentan la unidad en la comunidad ganadera.
Cría de Wagyu en Baja California
Jorge Alberto Hirales Vargas, socio de Ganadería del Valle, una pequeña y regional ganadera comprometida con la excelencia en la producción, lidera un equipo que incluye a Eduardo "El Che" Lazcano, encargado de la atención a clientes; Javier Romero, responsable del pie de cría; Juan Carlos Ornelas, el artista detrás de cada corte de carne; Luis Bracamontes, quien sigue al pie de la letra el protocolo japonés de engorda; y Gerardo Romero, al frente del área administrativa. Hirales compartió su experiencia en la introducción de la raza wagyu, originaria de Japón, en Baja California. "Este reto ha sido significativo para nosotros, ya que somos los únicos productores que integramos toda esta producción. Nos apegamos al protocolo de desarrollo alimentario japonés, utilizando animales libres de hormonas y criados en pastos naturales, sin antibióticos ni probióticos. Al sacrificar los animales, lo hacemos con profundo respeto; jamás se toca la carne, por lo que ofrecemos un producto completamente natural y libre de hormonas", subrayó Hirales.
Nueva raza de caballos de Las Californias
En esta edición, se formalizó la creación de una nueva raza de caballos llamada 'de las Californias', desarrollada a partir de una mezcla de caballo percherón, cuarto de milla y un poco de árabe. "Este cruzamiento genético de las tres tazas que estamos haciendo desde hace más de veinte años, ahora ha comenzado su protocolo ante las autoridades. Creemos que esta cruza representa un caballo ligero, ideal para el trabajo", agregó Lagos. "Esta nueva raza diversifica nuestra ganadería y proporciona a los rancheros herramientas más adecuadas para trabajar en nuestros terrenos".
La fuerza e inteligencia de las mulas las convierten en compañeras de trabajo indispensables para los rancheros. "Cuando no hay caminos fáciles, un caballo a veces no aguanta o no tiene el mismo paso. La mula es un animal sumamente inteligente, cuidadoso y con mucha resistencia, y eso realmente ayuda en el manejo del ganado," enfatizó un participante.
En conclusión, la tercera Carrera de Mulas en el Valle de Guadalupe no solo fue un evento competitivo, sino una celebración de la cultura y las tradiciones locales que fortalecen el sentido de comunidad entre los rancheros. Con la integración de la Feria Agropecuaria, se ha creado un espacio para destacar la calidad de la producción local, a la vez que se rinde homenaje a herramientas esenciales como las mulas y se promueve la innovación en la ganadería, asegurando que las raíces de la región se mantengan firmes y vitales para las futuras generaciones.
Comments